El obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, junto con dos sacerdotes, fue víctima de la delincuencia durante un asalto masivo ocurrido en la autopista Orizaba-Puebla, a la altura de las cumbres de Maltrata.
Un grupo armado detuvo varios vehículos, y entre estos viajaban los religiosos, quienes fueron amagados con armas largas y obligados a entregar sus pertenencias, incluyendo los objetos episcopales destinados a sus templos.
Al prelado le arrebataron su insignia episcopal de oro.
REACCIÓN Y MENSAJE DEL OBISPO
El obispo y los sacerdotes informaron lo sucedido y expresaron en su mensaje: “Pedimos a Dios que toque los corazones de quienes provocan tanto sufrimiento. Hay trabajo pendiente aún en la iglesia”. Solicitaron a las autoridades civiles asumir responsabilidad por los hechos y reforzar la seguridad en la zona, señalando que “la reconstrucción del tejido social es tarea de todos”.
No solo los sacerdotes, sino también otros automovilistas, fueron despojados de bienes y mercancías. Los automovilistas denuncian que los robos masivos ocurren diariamente y critican la escasa presencia policial en la región, lo cual es aprovechado por los delincuentes.